Flecha del Azahar 2022. Una aventura sobre ruedas.
Hace algunos años, cuando comenzaban mis andanzas por los pruebas "ultra" de montaña, me topé por casualidad con un artículo donde alguien describía perfectamente el error deportivo de pensar solo en alcanzar la meta y no disfrutar del camino recorrido para llegar a ella. Era Iñaki Ochoa de Olza Seguin (Pamplona, Navarra, España, 29 de mayo de 1967 - Annapurna, Nepal, 23 de mayo de 2008)
En aquel artículo él describía el placer que sentía al recorrer el camino hacia la cumbre, y detallaba que si debido al mal tiempo y las condiciones climatológicas adversas no era capaz de alcanzar la cumbre solo dejaba sin comerse la guinda del pastel, pero el resto del pastel ya se lo había comido mientras intentaba hollar la cumbre.
Os voy a contar una historia donde he disfrutado muchísimo tanto preparándola como participando en ella.
Todo comienza a mi vuelta de Trans Scania 2021, mi épica aventura
escandinava. Al volver a los entrenos, de cara a los siguientes objetivos
deportivos a la vista, note unas molestias en la rodilla derecha que en un
primer momento achaqué a la soberana paliza que les pegué a las podres rodillas
antes y durante la carrera sueca. Como la cosa no mejoraba acudí a mi gurú
particular, Fisioterapia José Romero. Tras unas pruebas exploratorias me
diagnosticó un síndrome de la cintilla iliotibial o fascia lata. Todo
aficionado a esto de correr sabe que si te toca este diagnóstico tienes que
parar, sí o sí.
Tabla de ejercicios de recuperación, tratamientos de diatermia y
fisioterapia fueron las herramientas que José Romero dispuso a mi atención a
fin de solucionar este tema cuanto antes, pero ya sabemos que todos los procesos
de recuperación tiene su tiempo, este, más que mucho otros. Solo me permitió
volver a la bici de carretera, ni spinning ni bici de montaña……menudo
panorama…….
Fue en aquellos días de preocupación y agobio por la lesión cuando recordé
una frase: si la vida te da limones, haz limonada.
Si no podía hacer pruebas “ultras” corriendo ¿Por qué no hacerlas sobre la
bici?
A partir de ese momento comencé a buscar información relativa a pruebas de
ultra fondo en la modalidad de bicicleta de carretera, aunque ya conocía algo
sobre ese mundillo porque sigo en RRSS desde hace años a Julián Sanz
Ultracycling Rider, pionero en España de este deporte y que ha participado
en las pruebas de ultra resistencia más importantes del mundo.
Yo aspiraba a algo un poco más “sencillo” y al poco de comenzar a buscar
encontré información sobre el mundillo de los “Brevets”.
Los brevets son
etapas de ciclismo de ruta de gran fondo (mínimo
200 km), no competitivos, que se realizan en carreteras abiertas al tráfico,
y que se han de completar en un tiempo máximo prefijado.
Las
distancias a cubrir en los brevets son: 200, 300, 400, 600 y 1000 km, así como
los 1200 km de las superbrevets. El objetivo que persiguen estos brevets es
adquirir un gran fondo para poder participar en cualquiera de las randonnées
que existen, siendo la clásica París-Brest-París (1200 km), la reina
de todas ellas. Los practicantes de este deporte son conocidos como Randonneurs.
Encontré en Sevilla a un grupo de “locos” que se dedicaban a la práctica de este deporte y pocos días después ya había contactado con ellos, en la persona de Diego Ruiz Vega, responsable del Club Randonneurs Andalucía. Al instante accedí a toda la información sobre este deporte aquí en nuestra tierra y me sorprendió gratamente, ya que se organizaban muchas etapas en Andalucía de todas las distancias e incluso una superbrevet de 2000 km, la Al-Ándalus, que se celebra cada 2 años.
A partir de ese momento me propongo participar en alguna de estas etapas
organizadas y probar si tengo capacidad de resistencia y fondo suficiente en
bici para poder afrontar una ruta de estas características.
Durante las primeras semanas de noviembre me organizo una serie de salidas
en bici donde voy poco a poco aumentando la frecuencia de las mismas así como
los kilómetros recorridos y el desnivel. Mientras, sigo devorando todo lo que
cae en mis manos sobre el tema y Diego Ruiz Vega me mete en un grupo de WhatsApp
donde se encuentras algunos de los mejores Randonneurs del país. En este grupo
es donde me doy cuenta de la dimensión de este deporte y sobre todo del inmenso
esfuerzo físico y mental que supone realizar este tipo e trayectos. Comienzo a
pensar que no estoy a la altura.
Durante los últimos días del 2021 se informa en el mencionado grupo de WhatsApp
de la organización para el mes de abril de la Flecha del Azahar, una excursión en bicicleta por equipos, organizada por
Randonneurs del Azahar y autorizada por Audax Club Parisien, como Flecha
Nacional. Accedo a toda la información y una vez conocidos los detalles me
planteo por primera vez la posibilidad de crear un equipo y participar en la
misma.
Yo lo veo claro, quiero hacerlo, ¿Pero, a quien meto en este lio?...al
menos sabia de una persona a la que estaba seguro que no necesitaba más que planteárselo
para que me dijera que sí, mi amigo Pedro Brazo Dorado.
El 4 de enero de 2022 le lanzo la propuesta mediante WhatsApp a las 20:58
h y a las 20:59 h, un minuto después, recibo
su respuesta:
-De escándalo.
-Lo hablamos.
-A ver quienes puedes ser los otros.
Con semejante respuesta sabía que ya tenía a otro integrante del equipo.
Con el paso de los días comenzamos a darle forma al tema y le ofrezco a Pedro
que sea él quien elija a los otros dos o tres integrantes del equipo a fin de
que se sienta cómodo con los elegidos. Tras unos días de estudiar posibles
componentes me propone meter en el equipo a Antonio Navarro y Manuel Ignacio
Cerrillo. Al primero lo conocía de haber coincidido con él en algunas salidas
en bici por Sevilla y a Manuel Ignacio Cerrillo no le conocía, pero bastaba que
Pedro lo eligiese para que por mí no hubiese problema.
Ahora nos quedaba la parte más dura y a la vez más bonita, preparar 4 meses
de entrenos y afrontar la prueba el 23 de abril de 2022.
Yo ya llevaba varios meses entrenando duro y en diciembre, además, tenía un
motivo muy especial para entrenar, que no era otro que ayudar a mi hijo Pablo
con la recuperación de su recién operada rodilla, después de 4 años de larga
espera. Le habían practicado una
ligamentoplastia y una reparación completa de menisco.
Se había comprado una bici de carretera para mejorar en su recuperación
tras la intervención y tres meses después de su operación ya estábamos los dos
haciendo salidas cortas para que su rodilla se fuese recuperando. Durante esas
primeras salidas con mi hijo Pablo comenzamos a reunirnos los integrantes del
equipo a fin de conocernos mejor y que yo les fuese explicando los pormenores
de la prueba y el sacrificio en forma de entrenos que se necesitaban para
afrontarla con garantías de acabar.
A veces los 4, a veces 3, a veces en binomio, nos fuimos conociendo todos y
fomentando el espíritu de equipo necesario.
Salida tras salida fuimos aumentando los km, el desnivel y las velocidades
medias en las que debíamos movernos a fin de no “reventar” antes de llegar a la
fecha señalada.
La peculiaridad de esta etapa ciclista es que cada equipo elije la ruta que
va a realizar, teniendo en cuenta que debe ser en línea desde el punto de
salida hasta la localidad donde finaliza la misma, en este caso la localidad elegida
este año por el organizador, Rafa Cortegana, era la bellísima ciudad de
Linares, en la provincia de Jaén.
Otra de las premisas para poder conseguir esta Flecha es que hay que hace
como mínimo 360 kilómetros en 24 horas sin realizar paradas de más de 2 horas,
y siempre en línea a la ciudad de destino. También hay que tener en cuenta que
hay que sellar en una cartilla que te suministra la organización en varias
localidades del recorrido sin pasar nunca una distancia máxima entre sello y
sello.
Comencé a estudiar las posibilidades de distintas rutas y se me ocurrió que
sería una bonito recorrer el rio Guadalquivir dese su desembocadura hasta su
provincia de origen, Jaén, recorriendo todos los pueblos que se encuentras a lo
largo de su recorrido en sentido inverso al de su nacimiento. Manos a la obra.
Tenía claro que la localidad de salida debía ser Sanlúcar de Barrameda.
Ahora me tocaba diseccionar la ruta, estudiar pormenorizadamente todas las
localidades por las que debíamos pasar atravesando 3 provincias completamente,
Cádiz, Sevilla y Córdoba, y llegar hasta Linares así como seleccionar en que
localidades debíamos fijar los puntos de control. Además tenía que coordinar
todo esto con las paradas necesarias para avituallar, almorzar, cenar, cambios
de ropa y provisión de luces, etc. Comenzaba a disfrutar como un enano con
esto.
Mientras sigo diseñando la ruta los miembros del equipo habíamos realizado
varias salidas de 150 y 200 km y todo parecía ir como la seda. Las piernas
respondían bien en las tiradas largas que era lo más importante. Decido subir
la apuesta metiendo mucho desnivel. Así, no dejan de sucederse etapas todos los
fines de semana con más de 120 km cada una y 2000 metros positivos recorriendo
la sierra norte de Sevilla y la sierra de Aracena y picos de Aroche.
A finales de Marzo tengo la ruta preparada y procedo remitirla al organizador
Rafa Cortegana para la validación por su parte. Nos recomienda evitar el carril
auxiliar de la N-IV porque este se encuentra en muy mal estado y nos recomienda
que, una vez hayamos salido de Córdoba capital pongamos rumbo a Bujalance y
desde esa localidad nos metamos en la sierra de Córdoba para atravesar varias
localidades hasta llegar a la provincia de Jaén. Esta recomendación hace que la
ruta suba hasta los casi 3000 metros de desnivel positivos. Los traslado al
equipo y todos están de acuerdo en que esta debe ser la ruta a seguir. A
finales de marzo remitimos a la organización nuestra decisión de realizar esta
ruta y nos dan el ok. Ya tenemos ruta. Hay que seguir entrenando.
Otra de las dudas que nos asaltaban a los 4 era el equipamiento a usar ya
que con la llegada del cicloturismo moderno o “bikepaking” se ha revolucionado el mundo de los accesorios y existen
miles de referencias en forma de bolsas de sillín, de barra, alforjas, bolsas
de horquilla, luces delanteras y traseras, etc.
Finalmente nos decidimos por unas bolsas impermeables de sillín y unas
luces delanteras y traseras que ya habían demostrado su fiabilidad en este tipo
de eventos.
Se va acercando la fecha y no dejamos de entrenar. Sábado tras sábado se
suceden las salidas recorriendo muchos kilómetros. En mi caso en concreto en
los últimos 7 meses, sin contar con la distancia de la flecha, he recorrido
5.974,23 km y realizado un total de 29 clases de spinning y 56 sesiones de
fuerza en gimnasio. Aun así, no me veía preparado.
La logística era otro aspecto fundamental para afrontar el reto ya que
debíamos determinar cómo desplazarnos hasta el lugar de salida y como volvernos
si conseguíamos finalizar. Decidimos desplazarnos la tarde anterior a la prueba
en tren hasta Lebrija con todo el equipamiento completo y desde allí
desplazarnos hasta Sanlúcar de Barrameda en bici, donde habíamos alquilado un
apartamento para hacer allí noche y salir descansados desde el inicio.
Para volvernos desde Linares decidimos hacerlo también en tren, ya que con el cansancio acumulado no nos sería posible volvernos conduciendo un vehículo y no queríamos obligar a nadie a desplazarse hasta Linares para recogernos.
Llega el fin de semana de la Flecha.
Durante la semana anterior se presagiaba mal tiempo para nuestra aventura
ya que un carrusel de borrascas provenientes del Atlántico barrían la península
ibérica una detrás de otra y no íbamos a tener suerte en ese aspecto.
El 22 de abril de 2022 nos encontramos Pedro, Cerrillo y yo en la estación
de trenes de Santa Justa de Sevilla. Montamos las bicis en el tren y a las
18,45 estábamos los tres en Lebrija.
Agua, mucha agua y un viento de componente Oeste con rachas de hasta 70 km
hora fue lo que nos encontramos a la salida de la estación e Lebrija. Recorrer
esos poco más de 30 km hasta Sanlúcar de Barrameda nos iba a costar 2 horas de
pedaleo donde el aire nos zarandeaba como espigas de trigo y el agua nos
azotaba incansablemente calándonos hasta los huesos. No hay chubasquero que
soporte la cantidad de agua que nos cayó en esas dos horas. Llegamos agotados
al apartamento.
Tras ser recibidos por nuestro compañero Antonio, que había conseguido que
un familiar le trasladase en coche hasta Sanlúcar de Barrameda, dedicamos la
mayor parte de la tarde noche a secar nuestras ropas y dejarlo todo preparado
para salir por la mañana a nuestra aventura.
Cena con Pizza y a la cama.
8.20 de la mañana. Es la hora.
Nos levantamos y salimos a desayunar juntos. Miradas de dudas, nervios.
El tiempo parece que respeta y sale un sol radiante que no hace presagiar
lo que estaba por venir.
A las 10.30 h a.m. grabamos un pequeño video a la salida que colgamos en
redes sociales ya que hemos decidido que ese será nuestra sistema para informar
a nuestras familias y amigos de nuestro progreso y que nos encontramos bien.
Comienza la aventura.
Nos despistamos durante la salida y en vez de salir en dirección Lebrija lo
hacemos en dirección Bajo de Guía. Los nervios no perdonan. Sol radiante.
Reconducimos en un periquete la situación y encontramos en punto de salida.
Salimos a la carretera nacional que ya no soltaremos hasta Las Cabezas de San
Juan.
Viento de cola, fuerte, lo que ayer nos mataba hoy nos sirve de empuje.
Colocados en nuestras bicicletas en posición erguida provocamos un efecto vela
y el viento nos empuja suavemente. La cosa no pinta mal. Comienzan a caer
algunas gotas de agua y las nubes comienzan a agruparse sobre nosotros.
Casi sin darnos cuenta nos encajamos en la localidad de Las Cabezas de San
Juan y decidimos hacer una parada para almorzar. Serranito de pollo inmenso con
refresco para los 4 y vamos que nos vamos. Mientras el cielo comienza a
cubrirse de un gris plomizo.
Ponemos rumbo a los Palacios. Para llegar allí había diseñado durante este
tramo una ruta paralela a la N-IV para evitar el tráfico y pasar por algunas
aldeas como Chapatales, el Trovar o Marismilla, todas ellas pertenecientes al término
municipal de los Palacios.
En una recta jalonada de grandes chopos centenarios comenzamos a notar que
la lluvia hace acto de presencia. No había dejado de caernos lluvia muy fina,
pero nada que la ropa que llevábamos en aquel momento no pudiese remediar. La
cosa se pone fea. Paramos y nos colocamos los chubasqueros de Decatlón
amarillos con bandas reflectantes que tan sabiamente había adquirido Pedro
meses atrás y nos había recomendado al resto del grupo adquirirlos. Mano de
santo.
Llegando a Los Palacios. La lluvia es intensa. Cruzamos la localidad y
tomamos en carril auxiliar de la nacional IV. Comienza el diluvio universal…..
En cuestión de minutos el cielo se torna oscuro y las nubes parece que
quieren tocar el suelo. Está lloviendo a mares. Ya estamos muy mojados, por lo
que decidimos seguir nuestra ruta a pesar de todo. Después de la tempestad,
siempre viene la calma.
Cruzamos Dos Hermanas y entramos en la capital por el campo de Real Betis
Balompié. Antonio enloquece. Bético de carnet y con entrada para la final de la
copa de S.M. el rey decidió ceder la entrada a su hijo y acompañarnos en esta
aventura. Eso le honra, y mucho.
Atravesamos una Avenida de la Palmera atestada de aficionados que se
dirigen al estadio, a la alameda de Hércules, al estadio olímpico, a vivir una
final que Antonio había sacrificado por el equipo. Jamás le estaremos lo
suficientemente agradecidos por ello.
Antonio se viene arriba y en cada semáforo o cada vez que se cruza con un grupo
de aficionados entona canticos en favor de su equipo que son rápidamente
acompañados por los aficionados que lo ven. Esta desatado. No es para menos.
Cruzamos prácticamente Sevilla entera y salimos por la glorieta olímpica en
dirección a Alcalá del Rio. Estábamos empapados, pero había que seguir.
En esta localidad paramos para tomar un café, reajustar el equipo y dar un
pequeño descanso a las piernas. Grabo un pequeño video y mientras lo hago
detecto algo raro, una conversación a 3 que me preocupa. Veo caras de preocupación.
No deja de llover, estamos empapados, cansados, y acabamos de pasar por nuestra
ciudad. Aún nos quedan casi 300 km por recorrer. Me huelo un motín, así que rápidamente
les ordeno que se monten en las bicis ya que había dejado de llover. Terminada
la prueba me confirmaron que en ese momento estaba hablando de retirarse.
Me pongo en cabeza y comienzo a tirar con fuerza para alejarles cuanto
antes de la tentación del abandono. Llegados a la localidad de Villanueva del
Rio y aparece un sol radiante que nos comienza a calentar tanto que tenemos que
parar para retirarnos el chubasquero. Creo que he conseguido apagar la
revuelta.
Lora del Rio aparece ante nosotros casi sin avisar. Teníamos intención de
parar para comer algo pero unas obras nos sacan de la localidad y decidimos
seguir hasta que llegamos a El Priorato. A la entrada del pueblo hay una venta
donde paramos a merendar y llamar a nuestras familias. Café, lubricado de
cadenas y vamos que nos vamos.
Seguimos avanzando y cruzamos la localidad de Peñaflor poniendo destino a
la siguiente parada, Posadas. Entramos en la provincia de Córdoba.
Decidimos parar en esta localidad a cenar, cambiarnos de ropa y aprovechar
para cargar las baterías de luces y GPS.
Encontramos una venta donde cenamos muy bien y aprovechamos para que los béticos
del equipo, Antonio y Pedro vean el gol del Betis en directo y parte del
partido antes de salir de nuevo a la carretera. Poco más de 50 minutos de
parada y seguimos ruta.
Pasamos cerca de la localidad de Almodóvar del Rio y su imponente castillo
iluminado nos saluda a los lejos, y nos desea suerte en nuestra aventura.
Casi sin solución de continuidad aparece ante nosotros la majestuosa ciudad
de Córdoba iluminada. Es un espectáculo para la vista. Accedemos a través de
los típicos polígonos industriales de las afueras. Antonio tiene que poner toda
su atención en la carretera ya que es de noche así que no puede ir escuchando
el partido para no perder la concentración. Al entrar en la ciudad de Córdoba,
en un semáforo, se para junto a nosotros un coche de policía nacional a los que
Antonio les pregunta si saben cómo va el resultado de la final. Les dicen que
no y Antonio con todo el arte del mundo les dice:
Po mirarlo en google!!!!
Los policías se ríen y acceden a hacerlo:
-El Betis ha ganado la final en la tanda de penaltis.
Antonio estalla….literalmente parece un ultra sobre la bici y durante
nuestra travesía de Córdoba, donde había muchísimas personas con banderas y
bufandas del Betis, Antonio rememora todos los canticos que ya había realizado
durante la travesía de Sevilla, horas atrás. La gente le acompañaba en sus
canticos. Un verdadero espectáculo.
Soy sevillista de cuna, pero jamos me alegré tanto de que el Betis ganase un
título porque Antonio se lo merecía, por el sacrificio realizado por nosotros.
Salimos de la capital de los califas y ponemos rumbo a Villafranca de
Córdoba. Todo cerrado, imposible encontrar un sitio donde sellar las catillas
de la prueba. Breve parada para comer y grabar un pequeño video y volvemos de
nuevo a la carretera.
En la localidad de Bujalance abandonamos el rio Guadalquivir, al que hemos
ido acompañando en nuestra travesía y ahora comienza lo más duro de la ruta, ya
que la mayor parte del desnivel está a partir de este punto.
Antonio comienza a dar síntomas evidentes de sueño y durante algunos
kilómetros trato de mantenerlo despierto dándole conversación. El a su vez va
cuidando de Pedro que también muestra síntomas de cansancio.
Sé que Antonio lleva un gel de cafeína de 180 mg e intento alargar todo lo
posible su ingesta, pero en una subida larga veo que mientras que yo acompaño
un rato a Pedro él hace un par de movimientos raros con la bici, por lo que
decido que ha llegado el momento de que tome ese gel. 10 minutos después de
tomarlo Antonio parecía haberse levantado de la siesta y tenía los ojos como
platos. En una subida Pedro tiene un problema con la cadena y tras recolocarla
en su sitio aprovechamos para que Pedro también tome un gel de cafeína.
Cerrillo va sobrado. No ha mostrado síntomas de cansancio en ningún momento
y va subiendo las cuestas a su ritmo. Llega arriba y nos espera. Esta fuerte.
Tomamos el desvió a Lopera y durante 22 kilómetros recorremos una carretera
comarcal peligrosa y lleva de agujeros. Al ser de noche debemos extremar las
precauciones.
Atravesamos Lopera, ya en la provincia de Jaén, y tampoco conseguimos
sellar los pasaportes de la prueba. Ponemos rumbo a Arjona esperando mejor
suerte. Encontramos un bar abierto, tomamos café y compramos agua.
A partir de este pueblo nos queda aún pasar por las localidades de La
Higuera, Villanueva de la Reina, Cazalilla, Mengibar y Linares.
Subidas muy largas y con desniveles importantes hace que a Pedro se le
agudicen unas molestias en la rodilla que poco a poco han ido mermando su
capacidad para pedalear, hasta el punto tener que tomar algún antinflamatorio
para que esto no vaya a más y hacer las subidas muy despacio.
Poco a poco vamos pasando pueblos y aparece algún signo de alucinación, en
este caso de ver animales en la cuneta. Les digo que es normal y trato de
tranquilizarles. Nos queda muy poco para conseguir el objetivo de llegar a Mengibar
y conseguir los 360 km obligatorios de la Flecha.
Antonio vuelve a dar síntomas evidentes de sueño, se está pasando el efecto
del gel de cafeína, pero le animo diciéndole que en Mengibar, ya con la flecha en
nuestro poder pararemos a desayunar bien y acometer el ultimo tirón hasta
Linares.
La rodilla de Pedro no da para más, tiene dudas de si seguir adelante o
trasladarse a Linares en taxi una vez consigamos los 360 km.
Mengibar aparece sin avisar, detrás de una loma muy dura. Ya estamos
aquí!!!!!!!
Flecha del Azahar 2022 conseguida!!!!!
Paramos en un bar de Mengibar y preguntamos a unos ciclistas de la zona
cual es la ruta más corta hasta Linares y como es el terreno. Nos indican que
nos quedan unos 25 km aproximadamente y que solo hay un par de subidas
importante y que el resto es llano -ja,ja,ja,ja,ja - el concepto de llano en
Jaén no es el mismo que en Sevilla, os lo prometo.
Pedro nos indica que si no paramos a desayunar el intenta seguir para
rematar la faena. Ole tus cojones -pienso para mis adentros- ya que solo
nosotros sabemos el esfuerzo que ha realizado para llegar hasta aquí.
Ponemos rumbo a nuestro último destino, Linares. Un recorrido que
inicialmente se presentaba fácil pero que fue sin duda de los más duro de la
ruta. El cansancio acumulado y la rodilla hacían que Pedro fuese muy despacio.
Después de cada cuesta aparecía otra más larga aun que la anterior. Me centro
en cantarles los kilómetros que nos quedan y a cada punto kilométrico marcado
con la señal verde les indico lo poco que nos queda, 7,6,5,4,3,2 y finalmente
aparece la localidad de Linares. Habíamos conseguido hacer 387 kilómetros en 23
horas y 32 minutos.
Objetivo conseguido!!!!!!
Ya podemos decir que somos Finalistas de la Flecha del Azahar 2022.
Agradecimientos:
Hay muchísima gente a la que tengo que agradecer la ayuda para conseguir
este objetivo. La primera de ellas mi mujer, María Jesús, que sufre mis
ausencias con paciencia y me anima a que haga estas locuras aunque sé que por
dentro sufre mucho por el miedo a que pueda pasarme algo malo.
A mis hijos Jesús, Pablo y Luma, que me apoyan incondicionalmente en todo
lo que hago.
A Manuel Ignacio Cerrillo, compañero de aventura, fuerte como un roble y
que se ha adaptado perfectamente a lo que se le pedía. Gracias Cerri!!!
A Antonio Navarro, un personaje difícil de olvidar una vez que le conoces y
que solo ha puesto esfuerzo y facilidades para todo. Un verdadero crack y creo
que a partir de este experiencia un gran amigo.
A mi hermano Pedro Brazo, hace mucho que se me terminaron los calificativos
para agrandar aún más su figura. La vida te depara mucho y bueno hermano. Estoy
completamente seguro de ello. Te quiero mucho y lo sabes.
A Diego Ruiz Vega, de Randonneurs Andalucía, por enseñarme este mundo y
ofrecerme su ayuda desinteresada y facilitarnos cuanta información le hemos ido
demandado en estos meses.
A Rafa Cortegana, por su ayuda con la ruta y sus consejos sobre la misma.
Felicidades por esta magnífica organización a la que espero poder seguir
asistiendo si la salud me lo permite.
A todos los amigos que antes, durante y después de esta aventura no han
dejado de brindarnos su ayuda, animarnos y felicitarnos.
Siguiente Objetivo: Agosto de 2022. Camino francés desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela en bicicleta de carretera acompañado de mi hijo Pablo. 790 km donde voy a disfrutar cada metro recorrido junto a mi hijo.
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